Esta noche estuve pensando en todo lo que yo más quería.
En esa lista aparecías tú, y sí lloré, abuela. En el momento en que mis
lágrimas acudieron a mis ojos me acordé de tu risa y de que estoy segura de que
no te hubiese gustado que yo llorase. Recuerdo como si fuese ayer mismo cada
sensación que tu me producías desde el instante en que entraba por la puerta de
tu casa y notaba esa dulce olor a canela.
Puedo recordar las palabras que nos decías mientras con tus besos y tus abrazos
nos callabas. Puedo recordar cada beso único e irremplazable, como recuerdo las
vistas que tenían los balcones de tu casa y cómo me sentía allí: libre, bien
conmigo misma, feliz…
Cuándo crecí me enfadé algunas veces contigo porque no
querías venir a mi casa sino que preferías quedarte en la tuya, y me enfadaba
como nunca. Me encantaba ponerte cremas, cuidarte y darte besos. Me encantaba
estar a tú lado abuela. Me gustaban
aquellas conversaciones en las que nos decías que encontraríamos a la persona
que más nos querría en este mundo, que de eso estabas segura , y como siempre tu
nieta más ilusa contaba cada detalle de su boda, de su chico ideal… y te
prometía que el día de su boda estarías tú.
Eres mi única abuela y lo sabes. Sabes que tú y el abuelo
erais mis únicos abuelos. Yo apenas tenía 4 años cuándo él murió y unos 9
cuando tu te marchaste pero sois lo mejor del mundo. Habeis tenido que ser más
que mis abuelos y nadie lo hubiese podido hacer mejor que vosotros.
Todos vuestros nietos han podido disfrutar de vosotros
mucho más que yo, ya que soy la pequeña, pero debéis saber que vosotros para mi
sois lo mejor de este mundo. Habéis sido mis únicos abuelos. Los que han
ayudado a mis padres siempre que han podido, los que cada día que nos veían a
mi hermana y a mi han sacado su mejor sonrisa y sus mejores besos. Los que lo
han dado todo por sus hijos y nietos. Y tú abuela, la única persona en este
mundo que pese a estar enferma e ingresada en el hospital el día de mi comunión
pidió la alta voluntaria y ante la negación del médico dijiste que tu nieta
tomaba su primera comunión y que nada iba a hacer que no vieses a tu nieta con
su vestido. Te juro que puedo acordarme de la felicidad que me entró en el
momento en que estaba en el altar y te vi entrar a la Iglesia. Fue lo mejor, te
lo juro.
Sé que mis planes ahora ya no tienen sentido. Que ya no
podré decirte que he entrado a la universidad en la carrera que a mi me gusta,
que no te podré contar cada cosa que me pasa, ni te podré decir que me caso, ni
te veré en el momento en que entre a la Iglesia de blanco…ni tampoco verás a
mis hijos….Pero sé que donde estés estarás viéndome. Porque te conozco y te
puedo sentir cerca de mi.
¿Sabes? Odio cuándo mis amigas hablan de sus abuelas, yo
me callo y te juro que en ese instante no sé que decir y me apetece echarme a llorar...Pero me acuerdo de ti y sonrío y me hago la fuerte, como siempre....Me acuerdo de tu dulcura, de tu sonrisa, de las cosas que me aguantabas... y estoy degura de algo de que yo he
tenido a la mejor abuela del mundo y no te cambiaría por otra, nunca en la
vida.
Te quiero Abuela y siempre va a ser así.
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