16 de abril de 2012
El amor es ese juego en el que no existen reglas, es simplemente un juego de azar en el que todo depende de nada. Aquí siempre hay perdedores y ganadores, el dolor de perder es directamente proporcional a lo apostado en él, en las ganas de jugar, depende de si es la partida de tu vida, o una más. La forma de jugar es relativa, depende de los jugadores que intervengan, siendo la partida más molesta la de tres jugadores, pero sin quedarse atrás la de dos en la que uno hace trampas. La manera de jugar la decides tú, al fin y al cabo en la guerra y en el amor todo vale.
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